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El día en que los viajeros en el tiempo dejaron plantado a Stephen Hawking

14 diciembre 2015 1 comentario

Stephen Hawking ha reflexionado mucho sobre la posibilidad de viajar en el tiempo y ha cambiado de parecer a lo largo de los años. Más allá de las distintas teorías al respecto que ha formulado, como la Conjetura de Protección de la Cronología (de la que ya hablaremos otro día), Stephen Hawking hizo un curioso experimento hace unos años para comprobar si algún día existirán los viajes en el tiempo (al pasado).

A Hawking se le ocurrió una divertida idea: organizar una fiesta para viajeros en el tiempo. La fiesta se celebró el 28 de junio de 2009 en la Universidad de Cambridge. Estaba todo preparado: una pancarta para dar la bienvenida a los viajeros, canapés para todos, champagne, globos… pero nadie acudió, sólo Hawking. Y es que no había invitado a nadie. La fecha y el lugar de la fiesta se dieron a conocer al día siguiente de la celebración. La idea era que, tras anunciarla el día 29, si un viajero en el tiempo quisiera acudir podría hacerlo sin problemas viajando al pasado para charlar con él entre canapé y canapé. Pero la fiesta fue un fracaso, Hawking se quedó sólo, nadie viajó al pasado para ir a su fiesta.

Eso llevó a la conclusión de que los viajes al pasado no existen. Se trata de una versión particular de la Paradoja de Fermi, que nos hace preguntarnos, que si hay vida extraterrestre inteligente y tecnológicamente avanzada, por qué no hemos tenido aún conocimiento de vida en otros planetas. En este caso, si algún día llegan a existir viajeros en el tiempo, ¿por qué ninguno viajó al pasado para asistir a la fiesta?

hawk2Lo cierto es que su experimento no pudo confirmar la existencia de viajeros en el tiempo. Pero sólo con esta pequeña prueba (sin demasiadas pretensiones por parte de Hawking) es precipitado sacar la conclusión de que no existen los viajes en el tiempo, claro. Podríamos pensar, simplemente, que ningún viajero en el tiempo se haya enterado (ni se enterará) de que la fiesta tuvo lugar… o que estos viajeros no quisieron asistir por una u otra razón.

Obviamente, cuando Hawking dio a conocer la fiesta, él ya sabía que nadie había asistido. Pero tenía que anunciarla de todos modos, porque sino lo hubiera hecho esa hubiera sido la razón del fracaso de su fiesta.  

Las conclusiones de este experimento no han ido más allá, era más un juego que un verdadero experimento. Pero no era un mal intento para descubrir a un viajero en el tiempo. En el fondo, a Hawking le hubiera gustado equivocarse en sus teorías y que alguien hubiera entrado por la puerta aquel día de verano.

O quizá si acudieron a la fiesta y Hawking se lo calló…

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La dilatación temporal (II): la fuerza de la gravedad

17 noviembre 2015 13 comentarios

Vimos en un post anterior que el movimiento a alta velocidad, y de forma más evidente a velocidades cercanas a la de la luz, creaba un fenómeno llamado dilatación temporal por el que el tiempo para la persona en movimiento pasaba más despacio que para la persona en reposo, posibilitando, así, el viaje al futuro. Pero la dilatación temporal no es un fenómeno que sólo se origine por la velocidad, sino que la más débil y a la vez la más misteriosa de las fuerzas del Universo también lo puede hacer: la gravedad.

Cuando nos vemos afectados por un campo gravitatorio, esa fuerza hace que el tiempo se ralentice. El tiempo para quien se ve afectado por el campo gravitatorio pasa más despacio que para otro sujeto que se encuentra a una distancia donde la fuerza de la gravedad es menor.

Esto sucede sea cual sea la fuerza del campo gravitatorio, pero a mayor fuerza de este campo, el desfase temporal (cuán despacio pasa el tiempo para el que se ve afectado con respecto al que no) es mayor. Así, para que pudiéramos hablar de un viaje en el tiempo evidente, deberíamos experimentar un campo gravitatorio miles de veces más fuerte que el de la Tierra.

Como en el caso de la dilatación temporal por velocidad, al pasar el tiempo más lentamente para el que se ve afectado por el campo gravitatorio, cuando lo abandone éste observará que él tiempo ha pasado más rápido fuera del campo. Así, si él se marchó en 2015 y ha pasado un año de su tiempo bajo la influencia de un campo gravitatorio de cierta intensidad, puede encontrarse que en la Tierra, que no se ha visto afectada por el campo gravitatorio, es ya 2025. Ha viajado al futuro.

Estos campos gravitatorios tan fuertes sólo podrían ser provocados por objetos muy masivos como una estrella de neutrones o un agujero negro. Un agujero negro es un objeto tremendamente masivo cuya fuerza gravitatoria es tan fuerte que ni la luz (que se mueve a 300.000 km/s) puede escapar de él. Y así como no puede la luz, tampoco el tiempo. El agujero negro dobla el espacio (las tres dimensiones) a su alrededor y también afecta al tiempo (la cuarta dimensión) ralentizándolo.

Viaje al futuro

Si nos acercáramos demasiado al agujero negro nos atraería irremediablemente hacia a él hasta hacernos colisionar contra su singularidad. Pero a la distancia justa su fuerza gravitatoria podría afectarnos lo suficiente para que nuestro tiempo se viera ralentizado sin llegar a ser absorbidos.

Así, a esa distancia justa (al borde del horizonte de sucesos), el tiempo pasaría más despacio para nosotros. Mientras pasamos allí dos días, lejos de esa fuerza gravitatoria (más allá en el espacio o en la propia Tierra) ha pasado mucho más tiempo. Por ello, al volver a la Tierra o con los compañeros que no se han acercado tanto al agujero nos encontraremos en el futuro. Para nosotros habrán pasado dos días, pero para ellos muchísimo más tiempo (luego veremos cómo calcularlo).

Volviendo al ejemplo los relojes que utilizamos en el anterior post sobre la dilatación temporal por velocidad, podemos ver cómo un reloj sometido a una fuerza gravitatoria menor que otro registra el tiempo de forma más rápida. O lo que es lo mismo, el tiempo en un reloj que se encuentra en un campo gravitatorio superior al de otro pasa de forma más lenta. De nuevo, mediante unos relojes atómicos y unos aviones, la dilatación temporal por gravedad se pudo comprobar.

Experimento

En 1976, Robert Vessot y Martin Levine realizaron un experimento conocido como Gravity Probe A. Enviaron un reloj atómico a una altura de 10.000 kilómetros y lo compararon con otro en tierra.  Lo que se quería comprobar era que la gravedad (fuerte en la Tierra, pero muy débil a esa altura al estar alejado del planeta) ralentizaba el tiempo.

Efectivamente, tras hacer la comprobación, observaron que el reloj de la Tierra estaba retrasado con respecto al del satélite, ya que la gravedad había ralentizado el tiempo. A esa altura, el reloj corría 4,5 partes más rápido en 1010 que el situado en la Tierra.

------------------------------------------------------------------- Hay que tener en cuenta que los satélites GPS al tiempo que ven su tiempo 'acelerado' por la menor gravedad, también lo ven ralentizado por su velocidad. [ via Commons - https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Orbit_times.svg#/media/File:Orbit_times.svg]

——————————————————————- Hay que tener en cuenta que los satélites GPS al tiempo que ven su tiempo ‘acelerado’ por la menor gravedad, también lo ven ralentizado por su velocidad. [ via Commons – https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Orbit_times.svg#/media/File:Orbit_times.svg%5D

Este fenómeno también se puede observar en el funcionamiento de los sistemas de geolocalización. Los GPS se basan en un conjunto de satélites en órbita terrestre a unos 20.000 kilómetros de altura que permiten determinar nuestra posición en cualquier lugar de la superficie del planeta con precisión de un metro. Para ello, los satélites deben estar sincronizados entre sí y con relojes en Tierra.

Como hemos visto, los relojes satelitales marchan más rápidamente que los que están en la Tierra. Si fuesen ignorados los ajustes requeridos por la Teoría de la Relatividad, el error de posicionamiento acumulado en un día sería de más de unos 11 km.

Verse privados de la fuerza de gravedad de la Tierra ‘adelanta’ los relojes satelitales en 45,7 microsegundos por día. Este desfase es crucial para el buen funcionamiento del GPS. Hay que tener en cuenta que el tiempo de estos satélites también se ve afectado por su velocidad. Así que, al tiempo que se ‘acelera’ por la menor gravedad del espacio, también se ralentiza por su velocidad. Hay que hacer cálculos muy ajustados para que el sistema de geolocalización funcione correctamente.

Calculando el viaje en el tiempo

Ese desfase temporal (cuánto viajamos al futuro) es calculable; pero las ecuaciones para hacerlo son algo más complicadas que las de la dilatación temporal por velocidad (y no disponemos de un software que lo calcule por nosotros como en ese caso). Aún así, veámoslas.

 

Quien sea capaz (yo ahora mismo no me veo) que sustituya símbolos por números y haga sus propios cálculos. Otros lo han hecho ya con alturas abarcables, alejándose del campo gravitatorio de la Tierra tan sólo unos metros (con lo que la dilatación temporal es muy pequeña). Así, si subimos a la última planta del Empire State, a 380 metros de altura, y estamos allí 79 años, habríamos envejecido 0,000104 segundos más que si nos hubiéramos quedado en tierra.

Pero el verdadero problema para viajar en el tiempo mediante este método no es hacer los cálculos (ojalá), sino poder situarnos físicamente bajo esa influencia gravitatoria y luego salir de ella

Al igual que pasaba con la dilatación temporal por velocidad, esto es más que una teoría, se ha comprobado científicamente que es una teoría válida y el viaje es factible; pero nuestra tecnología hace que todavía no sea posible que realicemos un viaje en el tiempo perceptible ‘a simple vista’.

El viaje del muón

19 octubre 2015 4 comentarios

La dilatación del tiempo (de la que hablamos hace dos semanas) no se ha quedado solamente en una teoría sobre el papel. Adquirida la tecnología necesaria, se empezaron a realizar experimentos para demostrar, con datos físicos, que los efectos de la dilatación temporal son reales y posibilitan el viaje al futuro.

Uno de los experimentos más exitosos para demostrar la viabilidad de la teoría de la dilatación del tiempo fue realizada con unas pequeñas partículas: los muones. Antes de empezar con la explicación del experimento, veamos qué son estas partículas.

El muón es una partícula elemental, es decir, no está formada (que se sepa) por partículas más pequeñas ni tiene estructura interna. Los muones poseen carga eléctrica negativa y se producen cuando los rayos cósmicos alcanzan la atmósfera y chocan con los núcleos de los átomos de ésta, produciendo lluvias de partículas exóticas.

Pero no nos compliquemos, dejémoslo en que es una partícula similar a un electrón y veamos lo importante de ella. El experimento sobre los muones consistió en demostrar, como postula la teoría de la dilatación temporal, que la velocidad ralentiza el tiempo.

Para ello, se utilizaron estas partículas, que tienen un tiempo de vida medio de 2 microsegundos (0,000002 segundos). Tras este periodo, los muones se desintegran formando un electrón, un antineutrino electrónico y un neutrino muónico. Por tanto, el experimento consistió en que estos muones durasen más de los 2 microsegundos que acostumbran a vivir. ¿Cómo? Haciendo que para ellos el tiempo pasara más despacio.

Dentro del acelerador de partículas

Para ello, se utilizó un acelerador de partículas y se aceleraron los muones a una velocidad cercana a la de la luz. Usando la teoría, se puede calcular que si aceleramos las partículas al 99.87% de la velocidad de la luz, el tiempo para éstas pasará 20 veces más despacio (podemos usar este software del que hablamos en el artículo sobre la dilatación temporal para comprobarlo sin hacer los cálculos a mano).

Mediante el acelerador de partículas, se pasó de la teoría a la práctica. Y tras la aceleración, los científicos observaron que los muones acelerados tardaban, efectivamente, veinte veces más en desintegrarse; es decir, que el tiempo pasaba para ellos veinte veces más lentamente, tal y como decía la teoría.

Habían viajado al futuro. Ningún muón, por su esperanza media de vida, podría ‘ver’ el mundo más de 2 microsegundos después de nacer; pero estos consiguieron ‘ver’ el interior del acelerador 40 microsegundos en el futuro.

El viaje (natural) del muón

Esta fue la demostración de laboratorio (necesaria para sacar conclusiones fiables), pero la naturaleza lo mostraba por sí sola. Y es que antes de hacer este experimento, David Frisch y James Smith comprobaron la dilatación del tiempo sufrida por los muones de forma natural. Fue en 1963 en el Monte Washington. Y el objetivo era el mismo, demostrar que estas partículas podían durar más tiempo gracias a la velocidad.

Frisch y James midieron el flujo de muones en lo alto del Monte Washington (a casi 2.000 metros) y a nivel del mar. En la cima de la montaña, detectaron 568 muones por hora. Sabiendo que la vida media de un muón es de 2 microsegundos, a nivel del mar sólo deberían detectarse 27 por hora (prácticamente todos deberían haberse desintegrado durante ese recorrido). Este cálculo se puede hacer porque también sabemos a la velocidad que se mueven: a un 99.78% de la velocidad de la luz. Y esa es precisamente la clave.

600px-FrischSmith.svgY es que a nivel del mar, Frisch y Smith detectaron 412 muones por hora. Casi todos los muones consiguieron recorrer los 2.000 metros antes de desintegrarse, cuando la mayoría de ellos sólo deberían haber podido recorrer 600 metros en sus 0,000002 segundos.

Estos resultados sólo podían explicarse aplicando la relatividad y el fenómeno de la dilatación temporal. Echando cuentas, teniendo en cuenta que la velocidad del muón tras cruzar la atmósfera es del 99.78% de la velocidad de la luz, la dilatación temporal debería ser de un factor 15. Es decir, el tiempo del muón, a esa velocidad, debería pasar 15 veces más despacio. Debería pasar de durar 2 microsegundos a durar 30.

Y eso es lo único que les permite llegar al suelo. Una rápida cuenta nos muestra que si viajamos 30 microsegundos a la velocidad de la luz podemos recorrer unos 9 kilómetros. Casi toda la distancia que hay desde que se cruza la troposfera hasta el suelo.

El experimento de Frisch y Smith fue filmado por John Friedman para el College physics film program

De nuevo, un muón que, tras nacer, sólo podría llegar a ‘ver’ el cielo de New Hampshire de los próximos 2 microsegundos, pudo observar la costa Oeste de Estados Unidos 30 microsegundos después de nacer, su futuro lejano.

Esta fue una demostración palpable de que la dilatación del tiempo era real y que era posible el «viaje en el tiempo» (entendiendo éste como la consecución de vivir en un momento futuro que por ley natural -nuestra esperanza de vida- jamás llegaríamos a presenciar). Un muón nacido ahora que, como mucho, podría llegar a ver el mundo dentro de 2 microsegundos, viajó al futuro y pudo presenciar la superficie de la Tierra 30 microsegundos después de su nacimiento

Es como si una persona consiguiera, en el transcurso de su vida normal, ver el mundo de dentro de 1.200 años. Y no es que viva 1.200 años. Como explicamos en el artículo sobre la dilatación temporal, para esa persona viajando a una velocidad cercana a la de la luz su vida pasaría a un ritmo normal y viviría hasta cumplir los 80 años, por ejemplo. Pero, en el transcurso de su viaje, en el mundo exterior habrían pasado 1.200 años. Si nació en el año 2000, antes de morir a los 80 años (todos ellos viajando a la velocidad de la luz), podría bajar a la Tierra y ver el mundo en el año 3.200. Habría viajado al futuro.

La dilatación temporal (I): cerca de la velocidad de la luz

5 octubre 2015 9 comentarios

Cuando se habla de viajes en el tiempo, se suele pensar en ciencia ficción, en extraños personajes con extrañas máquinas imposibles. Pero hace un siglo que la ciencia tiene una respuesta plausible a este sueño que es viajar por el tiempo.

Una de las formas de viajar por el tiempo descritas por la ciencia se basa en un fenómeno derivado de la teoría de la relatividad de Einstein. Se trata de la dilatación temporal cinemática (por velocidad), una deformación del espacio-tiempo provocada por la velocidad de un sujeto. Simplificándolo, podríamos decir que el tiempo pasa de forma más lenta para un sujeto en movimiento que para otro estacionario o sin movimiento.

Einstein dedujo que a mayor velocidad, y de forma realmente perceptible si se trata de velocidades cercanas a la de la luz, el tiempo transcurre más despacio para el sujeto en movimiento comparado con el tiempo de los objetos en estado estacionario. Simple y llanamente, la alta velocidad deforma el tiempo y, aunque el sujeto en movimiento no lo nota, su tiempo pasa más lento.

Un camino hacia el futuro

¿Qué tiene que ver eso con el viaje en el tiempo? ¿Acaso eso nos permite ver el futuro? Por supuesto que sí. Si viajamos en una nave espacial a una velocidad cercana a la de la luz, el tiempo propio pasará más despacio que el de la gente que se quedó en la Tierra. Por tanto, al volver a la Tierra estaremos en el futuro. Veamos un ejemplo.

Imaginemos un astronauta que viaja en su nave a una velocidad cercana a la de la luz (al 99,4%). Se dirige a Alpha Centauri, que está a 4,37 años luz. A esa velocidad, tardará casi 9 años en ir y volver a la Tierra. Cuando regrese, sus compañeros tendrán, lógicamente, 9 años más que cuando partió. Sin embargo, debido a la dilatación del tiempo, él no será 9 años más viejo, sino sólo un año

Para él, el viaje ha durado sólo un año. Y es que para él el tiempo ha pasado de forma más lenta. Él lo ha percibido como un ritmo normal; pero con respecto al tiempo de la Tierra (que es el de referencia y al que volverá cuando regrese) su tiempo ha pasado más despacio. Así, pese a haber envejecido sólo un año, en la Tierra han pasado 9. Es decir, que si un viajero de 40 años parte en el año 2015 y pasa un año navegando a una velocidad cercana a la de la luz, al regresar a la Tierra, a sus 41 años, encontrará que sus compañeros viven en el año 2024. Habrá viajado al futuro.

Gracias a la dilatación temporal, ha podido viajar de 2015 a 2024. Efectivamente, y al contrario que en la mayoría de películas, el viaje no ha sido instantáneo, ha necesitado 12 meses para conseguirlo, pero ha viajado 9 años al futuro. Tiene 41 años a pesar de que nació hace 49.

La velocidad es la clave

La premisa es: cuanto más nos acercamos a la velocidad de la luz, el tiempo pasa más despacio para nosotros.

La dilatación del tiempo es un fenómeno por el que el tiempo medido por un observador en movimiento (a) respecto a otro observador en reposo (b) pasa más lento que el que mide el observador b.

Se podría decir que cuanto más rápido se viaja en el espacio más lento se viaja en el tiempo. Imaginemos dos personas con dos relojes idénticos. Si uno de ellos se desplaza a gran velocidad (una velocidad cercana a la de la luz) y el otro permanece quieto, el reloj de la persona en movimiento marcará el tiempo a un ritmo menor que el de la persona en reposo. Si la unidad es el segundo, cada segundo de su reloj durará más de un segundo: su reloj se ralentizará. Sin embargo, la sensación de dilatación temporal, que será real, sólo será percibida por el reloj en reposo al observar al que se mueve, mientras que para el que tiene el reloj en movimiento su tiempo pasara de forma normal.

Al principio, todo esto era sólo una teoría derivada de las ideas de Einstein incluidas en la teoría de la relatividad. Pero, a pequeña escala, los científicos probaron que era más que una simple teoría, que la dilatación temporal era un fenómeno totalmente real.

Experimento

En 1971, J. C. Hafele y R. Keating subieron cuatro relojes atómicos de cesio a bordo de aviones comerciales durante más de 40 horas (dando la vuelta al mundo varias veces tanto de Este a Oeste como de Oeste a Este). El objetivo era comparar la lectura de estos relojes con otros idénticos en el Observatorio Naval de EE.UU. que habían sido sincronizados con los de a bordo.

Al comparar los relojes atómicos después del viaje, los de los aviones y los de tierra ya no estaban sincronizados. Los relojes atómicos que habían volado estaban ligeramente retrasados. En relación con los relojes del Observatorio Naval de EE.UU., los relojes en movimiento perdieron 59+/-10 nanosegundos durante el viaje hacia el Este, y ganaron 273+/-7 nanosegundos durante el viaje hacia el Oeste (leed aquí el trabajo completo para entender los resultados).

La velocidad alcanzada con el avión había ralentizado los relojes, había hecho que el tiempo pasara más despacio para ellos. Al ser una velocidad relativamente baja, el retraso era muy pequeño: un retraso imperceptible para una persona, pero registrado por un reloj lo suficientemente preciso como el utilizado.

Así, vemos que nuestro reloj se ralentiza respecto al reloj de la persona que está quieta. Y a mayor velocidad, la ralentización también es mayor. A velocidades cercanas a la de la luz (al 99%, por ejemplo), cuando para el observador en reposo pasen 7 años, para nosotros apenas habrá pasado uno.

Y si aumentamos la velocidad, el salto temporal es mayor. Si viajamos durante un año al 99,99% de la velocidad de la luz, habrán pasado más de 70 años en la Tierra. Llegaremos al futuro (dentro de 70 años) en tan sólo un año. Nuestro compañero que se quedó en la Tierra habrá envejecido 70 años, pero nosotros no. Habremos viajado al futuro, en el que el otro es más viejo y nosotros estamos casi igual (la llamada paradoja de los gemelos se basa en esta teoría).

Lorentz_factor.svgY es que cuanto más nos acercamos a la velocidad de la luz, la dilatación temporal es mayor. Y no es proporcional. Cuanto más ajustamos el porcentaje, más aumenta la dilatación.

Los efectos de la dilatación temporal se notan de forma más evidente cuando estamos muy cerca del límite de la velocidad de la luz. El efecto de dilatación temporal no es muy diferente entre ir al 1% de la velocidad de la luz o ir al 50%, pese a que el aumento de velocidad es muy grande. Sin embargo, el efecto es muy evidente si comparamos un viaje al 99% y otro al 99.99%.

Podemos ver esta desproporción en este gráfico. Se trata del llamado Factor de Lorentz, por el que calculamos la dilatación temporal según la velocidad del viajero. En el gráfico vemos cómo el Factor de Lorentz (γ) aumenta de manera exponencial cuanto más nos acercamos a la velocidad de la luz (c).

Veamos, en una fórmula, la comprobación de este fenómeno 

t'

t’ … tiempo indicado por el reloj que se mueve
t … tiempo indicado por el reloj en reposo
v … velocidad del viajero respecto al sistema en reposo
c … velocidad de la luz

Según la fórmula, cuanto más se acerque v (la velocidad del sujeto en movimiento) a la de la luz (c, en la fórmula), t’ será mayor que t. Un segundo de t’ tardará más en pasar que un segundo de t, el tiempo del sujeto en movimiento pasará más lento. Por eso, al llegar a la Tierra, verá que aquí el tiempo ha pasado más rápido que para él y está en el futuro.

En este vídeo se explica la paradoja de los gemelos utilizando esta fórmula:

Calculando la dilatación temporal

Iba a incluir más ejemplos con fórmulas, pero lo cierto es que complican más que aclaran al que no es físico o matemático (yo incluido). Esta es la fórmula más sencilla para hacer cálculos. Pero, por suerte, hay gente que piensa en nosotros y existe una web en la que se puede calcular cuánto tiempo saltaríamos al futuro según nuestra velocidad.

Siguiendo este enlace, se puede acceder a un software de cálculo de dilatación temporal. Es decir, introduciendo la velocidad de la nave y el tiempo que pasamos navegando, podemos calcular cuánto tiempo habrá pasado para los sujetos en reposo, los que se quedaron en la Tierra.

Así funciona el Time Dialation Calculator

1. Enter Ship Time: En este campo hay que anotar el tiempo (en cantidad de años) que el viajero en movimiento estuvo viajando en su nave.

2. Enter Ship Speed: En este campo hay que anotar la velocidad a la que va la nave (en porcentaje del total de la velocidad de la luz). Así, si se está viajando a la mitad de la velocidad de la luz, hay que anotar 0.5. A un 25%, 0.25. Al 99% de la velocidad de la luz, 0.99. (Como el efecto aumenta exponencialmente cuanto más nos acercamos a la velocidad de la luz, un porcentaje más ajustado dará valores más altos. Para un porcentaje más cercano al 100%, hay que anotar 0.99999).

Al darle a calcular, en el campo de la derecha aparecerá el tiempo que habrá pasado en la Tierra mientras el viajero daba su vuelta por el espacio a la velocidad y durante el tiempo anotados. Haced la prueba.

Posible, pero aún imposible

Pese a tener la teoría y la comprobación científica de que funciona, el viaje en el tiempo (perceptible por una persona, al menos) todavía no es realizable. Se debe, principalmente, a un problema físico/tecnológico. No podemos viajar lo suficientemente rápido. Y eso es así por varias razones.

Primero, porque no hemos desarrollado naves que alcancen esas velocidades, lo que parece un problema tecnológico resoluble con el paso del tiempo y el desarrollo científico. Segundo, por falta de combustible. No tenemos una forma de combustión que nos permita hacer un viaje tan largo a tal velocidad (de hecho, necesitaríamos un combustible casi infinito). Y tercero, por la física. Así como la relatividad einsteniana nos da esta teoría, su fórmula más famosa (E=m•c²) nos dice que a mayor velocidad y empuje, al acercarnos al límite de la velocidad de la luz, la masa de nuestra nave aumentaría, requiriendo más energía para moverla. Una energía que requeriría más combustible y, aun asumiendo poder aplicarla, al acelerar más continuaría aumentando la masa, siendo más costosa su aceleración.

Dejaremos para otro post las posibles soluciones a este problema físico/tecnológico y nos quedaremos con esta teoría que nos permite, una vez salvado ese escollo, el viaje al futuro. Al futuro y sólo hacia el futuro. Ahora mismo todos estamos viajando hacia el futuro a una velocidad de 1 hora por hora. El reto es hacerlo más rápido y, con esta técnica, el viajero lo puede hacer a 1 minuto por hora, por ejemplo; pero no puede ir hacia atrás. Dejaremos ese viaje al pasado, también, para otro post más adelante.

Antes de terminar, veamos dos fragmentos de sendos documentales de Discovery Channel que explican este fenómeno.

Esta es una aproximación sencilla al fenómeno de la dilatación temporal mediante la velocidad. Por supuesto, es más complicado que todo lo anterior; pero se trata de una forma simplificada (todo lo que se puede) de explicar el fenómeno. En otros posts, veremos más experimentos que han demostrado esta teoría y cómo la fuerza de la gravedad también puede provocar el mismo efecto de dilatación temporal.